La Coalición Cívica camina por el borde del precipicio
Elisa Carrió se juega sus últimas fichas en la política
Lejos de la lucha por ser incluso el mejor de los perdedores, el partido apuesta a no desarticularse en el Congreso y afronta las elecciones del domingo con el temor de que sean las últimas.

por Matías Calviño
La Coalición Cívica (CC) se prepara para afrontar este domingo una difícil elección presidencial en la cual corre riesgos de desaparecer. Con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner al borde de la reelección, la agrupación política de Elisa Carrió se ve afuera hasta de la pelea por ser la principal fuerza opositora, y sólo aspira a sobrevivir en el Congreso.
La fórmula presidencial de la CC, que postula a Carrió como Presidenta y a Adrián Pérez como vice, logró apenas un 3,24 por ciento de los sufragios durante las elecciones Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO). Peor aún, con estos números el bloque sólo retendrá dos de las doce bancas que pone en juego en la Cámara de Diputados.
Carrió asumió la culpa de las PASO, se bajó de la contienda presidencial, apeló al corte de boleta y reclamó en los principales medios que se la castigue a ella pero no a sus legisladores. Pero las expectativas no mejoraron, ya que consultoras de investigación social como Poliarquía y Equis le asignan en sus proyecciones entre el 1 y el 2 por ciento de los votos positivos, respectivamente.
“En el Senado, la CC únicamente tiene a María Eugenia Estenssoro, que va tener que pactar acuerdos con otros opositores si quiere sobresalir, y en diputados sólo retendría su banca Patricia Bullrich quien además se está por pasar al PRO de Mauricio Macri; es decir, que quedarán con seis legisladores”, esclarece la politóloga y consultora legislativa Deleandra Spinato.
Elisa Carrió ve como el partido que formó en 2002 se desarma vertiginosamente. La politóloga y abogada Alejandra Labollita sostiene que la CC se juega su propia supervivencia el domingo y explica que esta situación se generó por manejos incoherentes de Carrió, como la inclusión de actores ajenos a las ideas originales del partido, o su incapacidad para sostener las alianzas que la posicionaron como segunda fuerza nacional en las elecciones de 2007 y 2009.
“Esta situación se explica en la forma en que la CC toma sus decisiones, centrada en la figura de Elisa Carrió de manera jerárquica. Su fuerte impronta ha causado revuelo y encontronazos con más de un referente, como en su momento ocurrió con el diputado progresista Eduardo Macaluse”, completa Labollita.
Este panorama puede marcar el fin de la CC, una corriente política que nació como un desprendimiento del ala progresista de la Unión Cívica Radical tras la crisis político económica de 2001, y que con el correr de los años viró vertiginosamente hacia la derecha.
Gentiliza Diario La Nación



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